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Nueva lona que recrea un edificio de la plaza de Pontevedra. | // VÍCTOR ECHAVE
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Lonas publicitarias más discretas y respetuosas con el entorno. Con esa premisa, el Concello ha establecido un nuevo criterio para colocar anuncios sobre edificios en obras en Ciudad Vieja y Pescadería, que tendrán que recrear la fachada. El producto anunciado, por tanto, ocupará menos espacio, apenas el 30% de la tela. Una medida que permite salvaguardar la estética de la zona y mostrar al visitante cómo es el inmueble aunque esté cubierto por una lona, pero también podría ahuyentar a las marcas, que ya no podrán poner grandes imágenes de sus productos.
Hasta hace apenas unas semana era habitual ver lonas publicitarias con botellas de bebidas alcohólicas a gran tamaño en los edificios protegidos del centro de la ciudad, como en la Marina o la plaza de Lugo, pero ahora hay tan solo recreaciones de las fachadas, como en la plaza de Pontevedra y en el antiguo cine Avenida. Vienen acompañadas de publicidad, pero ya no es tan evidente. También los propietarios de la Casa Molina instalarán próximamente su lona, en la que una botella de cerveza ocupa solo una franja de la enorme tela.
“Esto está ocurriendo en muchos sitios de Europa y en ciudades de España, como Jerez. Así el turista sabe lo que hay debajo de la lona y no se ve tanta publicidad. Es una forma de mantener la unidad estética de las zonas protegidas y especiales”, analiza la vicepresidenta del Colegio de Administración de Fincas de Galicia, Carmela Lavandeira, que explica que muchas comunidades de propietarios utilizan este tipo de anuncios “como una fuente de ingresos”. “La empresa te da una renta por poner publicidad y eso ayuda a financiar las obras que se realizan”, detalla.
El dinero que se paga depende de la situación del edificio, pero puede rondar entre los 1.000 y 5.000 euros al mes. En algunos casos, la marca se hace cargo también de los gastos de las licencias y el andamio —montaje y alquiler del mismo durante el tiempo que duren los trabajos—. Una lona publicitaria en el centro, en la zona de la Marina, por ejemplo, aportaría a los vecinos sobre 5.000 euros al mes. Si los trabajos se prolongan durante seis meses, alcanzaría los 30.000 euros para cubrir parte de los gastos de los trabajos.
Sin embargo, el nuevo criterio impuesto por el Concello, que está redactando la ordenanza de estas publicidades en zona Pepri, podría hacer que estos ingresos se redujesen, ya que el producto anunciado ocupa menos espacio, un 30% de la lona. El 70% restante estará dedicado a recrear la fachada oculta. “Esto puede hacer que a la marca no le interese porque lo que busca es visibilidad. Cuanto más ostentoso, mejor. Entiendo que dependerá de la empresa pero algunas ni se anunciarán y otras pagarán menos”, reflexiona Lavandeira.
Es posible también que las marcas que apuesten por la sostenibilidad o con una imagen muy conocida no cambien sus preferencias por ese tipo de publicidad. La vicepresidenta del Colegio de Administración de Fincas de Galicia explica, además, que antes había menos control sobre estas lonas, pero que ahora “hay que pedir licencia” y seguir los criterios marcados por el Ayuntamiento.
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