El ambientalista Carlos Leo, relató que el aviso le llegó a través de un llamado donde denunciaban la existencia de un Mamífero Marino en un campo de la ciudad de Lobería.

Según la foto que el enviaron, Leo estimó que podría tratarse de un ” Lobodon carcinophagus “, o bien un ” Mirounga leonina del Sur ” aunque, como el ejemplar está lleno de tierra, se dificultaba poder identificar la especie.

Con la colaboración Otto Brost Heim, y tras media hora de viaje, los rescatistas ingresaron a un campo en donde estaban cosechando papa; muy cercano según al establecimiento San Juan.

Allí nos esperaba Cristian Bianculli, los recibió y orientó hasta el lugar donde estaba el animalito.

“Comenzamos a estudiarlo, sobre todo su conducta, muy desconfiado, y bastante cascarrabias, incluso me tiro un tarascón” indicó Leo, reconociendo que, para entonces “el recibimiento presagiaba una tarea larga y difícil”.

Prepararon entonces lonas especiales y sogas resistentes para poder cargar a la foca, que ofrecía digna resistencia.

“Es increíble la fuerza que tienen estas criaturas, imagínese el interlocutor desprevenido levantar 150 kgs. e introducirlos en la cajuela del rodado” relató el ambientalista.

Una vez que lograron subirla a la camioneta intentaron cubrir su rostro con un elemento especial de color oscuro, diseñado para que pueda respirar, tal como indica el Protocolo).

Leo admitió que “fue el viaje más largo de mi vida. Faltando 5 kms, para arribar a Escollera Sur, por suerte el Pinnipedo se tranquilizó, a esta altura estaba muy cansado.  Hago la aclaración que no somos partidarios de trasladar mamíferos Marinos, este fue un caso excepcional, donde además de evitar el sufrimiento y maltrato del ejemplar, seguimos al pie de la letra lo que indica el Protocolo en materia de rescate”.

La Foca estaba desorientada, 4000 metros instalada en un campo sembrado de papas, además de no ser bueno para animal la ingesta de éste tubérculo.

Con mucho sacrificio y profesionalidad lograron liberar al ” Lobodon carcinophagus “.

Leo explicó que, si bien estos mamíferos pueden vivir sobre la tierra ya que poseen pulmones; “dada las circunstancias de tiempo, modo, lugar, y ocasión decidimos el traslado porque tampoco estábamos seguros que pudiera sobrevivir mucho tiempo más”.

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