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No, no es que el verano se haya cubierto de blanca nieve por el cambio climático (que todo se andará), White Summer, que nació como pequeño market de estío para amigos y familia, se ha convertido diez años después en un gran festival que en estos meses de calor despliega su música, artes escénicas, moda, gastronomía y entretenimiento en la finca Mas Gelabert, en Pals. Rodeado de viñedos y bajo el sol de los atardeceres White Summer estrena cada día el arte de celebrar la vida, como señala Ariadna Barthe que, por primera vez, toma el timón de la dirección de este evento -que celebra su décimo aniversario- siguiendo la estela de su fundadora (y madre) Miryam Cuatrecasas. «Es un gran reto personal que afronto con ilusión y muchas ganas, sobre todo tras dos años complicados -la edición de 2020 cancelada y la de 2021 celebrada a medio gas-, pero que afronto rodeada de un gran equipo. Apostamos por la sostenibilidad, las carpas son de tela, el mobiliario de madera, los vasos reutilizables, reciclamos las lonas convirtiéndolas en bolsos, realizamos talleres sobre medio ambiente y en el market podemos encontrar muchos objetos realizados a mano por artesanos de toda la vida o por jóvenes emprendedores. Tengo claro que quiero dejar a mis hijos el mejor planeta», señala Barthe.

Además de música, gastronomía y todo tipo de actuaciones de performances, danza o magia, los amantes del shopping pueden descubrir cerca de 80 marcas y proyectos con alma. Y muchos de ellos encuentran su inspiración y su apuesta en la protección del planeta. Te descubrimos algunas:

«Transformamos residuos plásticos en ropa deportiva y de baño para proteger la biodiversidad marina. Creemos que ya hay suficientes recursos abandonados en le medio ambiente como para seguir explotando nuevos, por eso decidimos transformar botellas de plástico y redes de pesca en ropa sostenible», explica Paula Cerrada, CEO de Fitplanet quien, junto a Esterri Peña, decidió lanzar en pleno confinamiento este proyecto que ha sido galardonado con el Premio BBVA a la Innovación y Sostenibilidad Ambiental. Además, destinan el 10% de cada venta a proteger animales marinos en peligro de extinción colaborando con diversas asociaciones conservacionistas y han puesto en marcha un proyecto de educación ambiental con el que organizan recogidas de playas en residuos y charlas en colegios.

De colores preciosos, sus prendas son transpirables, elásticas y de secado rápido. «Las botellas de plástico y las redes de pesca se lavan, se trituran y se funden para convertirlas en fibra reciclada. Luego se hila y se obtiene la tela de poliéster o nylon reciclado con las que se confeccionan las prendas en talleres de España y Portugal», cuenta Paula.

Desde 2020 ya han reconvertido más de 100.000 botellas de plástico en ropa deportiva.

Originales, divertidas y, sobre todo, sostenibles son las alpargatas de Traveta espardenyes realizadas con ropa reutilizada. Realizadas por una pequeña empresa familiar de Piera (Barcelona) decidieron en 2013 dar una segunda vida a la ropa que le proporcionaban amigos y conocidos. El resultado son diseños originales y únicos realizados a mano de forma artesanal que se pueden adquirir en los markets y ferias o en su taller. ¿Qué te pilla lejos? Tenemos una buena noticia: las envían y, además, se pueden personalizar por encargo. Bajo su lema de que «todo camino comienza con un buen paso», tienen claro que harán todo lo necesario para que nuestra huella en el planeta sea mucho más verde.

En la India y Marruecos descubrió el trabajo manual de los orfebres tradicionales y se dio cuenta de que para crear sus propias piezas tenía que diseñar y construir sus propias herramientas. Cada pieza diseñada en forja, levantamiento anticlástico o esculpida en metal con martillos con las manos de Olivia Barthe y su maquinaria de orfebrería primitiva contiene la energía y la especificidad del momento en que fue creada. Pero además, para Olivia Barthe reciclar no es solo una responsabilidad sino una poderosa fuerza creativa para su trabajo. Por ello, la la mayoría de sus joyas están hechas con plata de ley reciclada y tiene como objetivo minimizar los residuos en la producción de las piezas, por lo que todas se fabrican por encargo.

Olivia utiliza prácticas respetuosas con el medio ambiente en su estudio y trabaja con socios y proveedores de fabricación responsables para tratar de producir piezas localmente cuando sea posible. Valora la producción local porque considera importante apoyar a la comunidad y porque puede reducir el desperdicio y el uso de recursos. «Siempre he sido un entusiasta de la vida, viviendo cada momento al máximo. Mis joyas son el resultado de interminables conversaciones con amigos y encuentros aleatorios con extraños. Mi mente se alimenta constantemente de la vida misma y mis piezas son un reflejo directo de eso», señala Barthe.

La importancia de aprovechar el momento, de valorar los pequeños detalles y de entender que somos los únicos dueños de nuestro camino son los motivos que inspiraron a Clara y Nona a crear Down Under. Una original marca de ropa que quiere transmitir el estilo de vida pausado pero lleno de energía que tienen los australianos. Estas jóvenes emprendedoras, junto a Mariona y rodeadas de coloridas y originales sudaderas y camisetas, desbordan energía y ganas de vivir, eso sí, en modo sostenible y slow. «Para nosotras es muy importante que todos los productos sean ecofriendly, por ello confeccionamos en talleres locales desde el primero hasta el último detalle del proceso, siempre utilizando materiales de cercanía e intentando que el desperdicio sea mínimo. Nos preocupamos por el planeta y cuidamos de él», explican.

Esta diseñadora coreana afincada en Barcelona ofrece estilos originales, divertidos y juguetones con productos prácticos y asequibles. Todos los productos se fabrican pensando en ofrecer un uso diario con una creación consciente en torno a la sostenibilidad y los productos de larga duración.

Sus ideales bolsos, de divertidos colores, tejidos con redes de pesca por artesanas coreanas se extienden a medida que se abre la red.

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